1ª.nota JANUCA  2023.  Noé y la paloma de la paz

07/Dic/2023

Por Esc. Esther Mostovich de Cukierman, para CCIU 

Por Esc. Esther Mostovich de Cukierman, para CCIU 

En el día de hoy, al atardecer, el pueblo judío comienza a celebrar Januca, la fiesta de las luminarias que conmemora la Rebelión de los Macabeos y el milagro del candelabro que quedó encendido durante 8 días seguidos (los días que dura la celebración). La Esc. Esther Mostovich, habitual colaboradora, nos dejó una serie de notas sobre Jánuca, de la que hoy publicamos la primera de ellas. JAG JANUCA SAMEAJ!!!!

Israel está en guerra y es imperioso defenderse de los atacantes, pero al mismo tiempo, la vida sigue en el país y en las comunidades de la diáspora judía. En todo lo posible, la enseñanza continúa, el Shabat y las festividades las seguimos disfrutando, porque pase lo que pase, ¡celebramos la vida!  El luaj, (calendario hebreo) señala la festividad de Janucá entre el 7 y el 14 de diciembre de este año. ¡Vamos a recordarla!

¿Qué celebramos en la festividad de Janucá? ¿Un suceso de la Historia del siglo II a.e.c? Sí, eso es cierto, pero un midrash (interpretación de los rabinos a Ley hebrea), enseña que ya en la Torá (Pentateuco) se hacen preparativos para la festividad de Janucá.  ¿Dónde?   En el episodio del arca de Noé en el cual solamente quienes están a bordo del arca se salvan del Diluvio Universal. Siguiendo el relato bíblico, después que bajan las aguas, es con los animales y seres humanos que descienden del arca que vuelve a restaurarse la vida sobre nuestro planeta.

¿El relato del diluvio es original de la Biblia?

Nada de eso. La lejana tradición de un episodio de lluvias continuas y prolongadas que inundan toda la tierra dejando en seco solamente a las cumbres de las montañas más altas del lugar aparece desde tiempos muy antiguos en Asia, Europa, Africa, América y las islas del Pacífico. Se conoce en los pueblos de casi toda la Tierra y eso lo han estudiado varios antropólogos.  Yo misma he visto espinazos de peces incrustados en el suelo del desierto del Neguev de Israel y en las rocas al cruzar en auto las montañas de los Alpes, en el centro de Europa. Todas esas tierras y montañas estuvieron en alguna era anterior, cubiertas con agua de océanos salados. Tan extendido en el mundo está el relato del episodio del diluvio que los arqueólogos no dudan de su veracidad, allá lejos y hace mucho tiempo, quién sabe en cuál era geológica.

Pero hasta donde conozco, sólo el episodio bíblico del arca de Noé toma nota de que al bajar las aguas, el primero en salir del arca ¿quien fue? ¿Cuál es el primer ser viviente que sale del arca en el episodio bíblico de Noé? ¿La paloma? No. “Y sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca… y envió al cuervo, el cual siguió saliendo y volviendo hasta que se secaron las aguas sobre la tierra”. Quien primero sale del arca de Noé a poblar la tierra es el cuervo. Después, la segunda en salir, es la paloma.

Del cuervo se olvidan muchas elaboraciones y comentarios, aunque sin duda tiene en la cultura occidental su simbología de ave malvada y capaz de sacarle los ojos a quien lo ha ayudado y protegido. Si aceptamos que el texto bíblico puede leerse como relato del pasado y profecía del futuro, tengamos presente que siempre hubo, hay y habrá, muchos “cuervos” en nuestro mundo.

La paloma ha despertado muchos comentarios, especialmente porque según el relato bíblico, en su segunda salida volvió al arca con una rama de olivo en su pico, que entregó a Noé. Esa es la imagen que nos lleva a aceptar la paloma como símbolo de Paz entre el Creador del Universo y Su Creación, entre la tierra y todos los seres humanos.

El artista que hizo famosa la imagen de la paloma de la paz fue Pablo Picasso. El dibujó muchas palomas a lo largo de los años, que han circulado como litografías, en pocas ediciones, a partir de 1948. Las palomas han sido un tema frecuente en el artista. En 1949 nació la hija que tuvo con Françoise Gilot, y se llama: Paloma Picasso, hoy en día famosa por sus empresas de negocios y sus perfumes.

En el Talmud, los rabíes se preguntan: ¿Por qué en el episodio del Diluvio la paloma trajo a Noé una rama de olivas? ¿Por qué no le trajo una rama con manzanas o granadas?

Unos rabíes encuentran en la rama de olivo un mensaje muy claro: Las aceitunas no son regalo del cielo que se pueda comer con sólo tomarlas del árbol. Poner las olivas en sal para comerlas o triturarlas para obtener aceite es tarea nuestra. Para disfrutar de los bienes de este mundo es necesario el trabajo del ser humano.

Algo más: la simple labor de sacar las aceitunas del árbol, no puede hacerla una persona sola. Si una persona inclina la rama, otra   puede cosechar los frutos.  Para recoger las aceitunas se necesitan dos. Tengamos en claro que hacer la paz o la guerra, mantener el odio o hacer el amor, ser amigos o enemigos es asunto entre dos.

Otros rabíes, en esa misma página del Talmud, contestan: La paloma trajo olivas a Noé para que él supiera que tenía que preparar aceite puro de oliva y guardarlo hasta el momento preciso en que se iba a necesitar.  Noé preparó ese aceite, lo guardó en una redoma y lo entregó a su hijo, quien a su vez la entregó a su hijo, y así durante generaciones, hasta que llegó el momento en que se inauguró el Segundo Templo de Jerusalem. (alrededor del año 163 a.e.c.) Ese aceite hecho con las olivas de la paloma de la Paz fue guardado por el Gran Sacerdote de ese entonces, un descendiente de Noé, dentro del Templo, en un escondite secreto que sólo conocieron los cohanim (sacerdotes) como secreto familiar. ¿Para qué se iba a necesitar ese aceite? Ese será el aceite milagroso de Janucá. Lo volveremos a encontrar en una próxima nota.